miércoles, 15 de febrero de 2012

" EN MI ALBA Y TU OCASO "

Cariño...esta noche no estoy sola, me acompaña tu recuerdo. Estoy desnuda, 
sin palabras. Aún así tengo memorizadas tus expresiones, cada gesto, cada
mirada que me dedicabas bajo el frío e inclemente invierno.

Recuerdo claramente cuando llegabas a casa y ante tu cansancio te bautizaba 
en mi y, hacía que estallaran tus suspiros bajo una luz ambarina y sentía la 
soberanía de tu cuerpo. Tú te relajabas y ambos nos adentrábamos en nuestro 
bosque sembrado de pasiones. Nos gustaba sentir la carnosidad de los labios,
el roce de nuestras lenguas, dibujar con el tacto los besos absortos en deseos.

Recuerdo los amaneceres de escarcha, los aromas de nuestra piel, de nuestro
sexo, cuando tú querías morir en mis senos y yo quería hacerlo en  tus labios.
Aún percibo el clímax de los colores en la demencia de nuestros cuerpos,  con
el goce clandestino de las pasiones y los deseos. Y en mi alba y tu ocaso 
dejábamos asomar una lágrima, pero eso no hacía que se extinguiera nuestra
estrella, pues los tramos de deseo en nuestros cuerpos se acrecentaban.

Recuerdo como resurgías con la impetuosidad de mis besos, con la ansiedad
de mis manos que denunciaban las ganas...y la pasión volvía a ti. Me apretaba
tanto a tu pecho que podía palpar los latidos, podía respirar el olor de un verso,
atrapar con mis dedos las olas embravecidas, beber de la fuente de tus deseos
para saciar mi sed eterna.

Te gustaba cuando gritaba mis ansias de estar contigo, cuando te contaba que
entre sueño y sueño te rozaba dormido y te enlazaba a mi cuerpo con hebras
de cordura.Te gustaba que con mi lengua dibujara tu torso subyugado, rendido
y que te impregnara de esencias cuando caíamos en el delirio y succionaba de 
nuevo gota gota esa pócima inocente de tu cuerpo.

Recuerdo cada canto, cada nota de los gemidos que se escapaban a veces al
unísono, con perseverancia. Nos invadían como el enemigo invade fronteras y
respirábamos una atmósfera de mar en calma bajo el asombro de nuestro
misterio, de nuestro secreto o de nuestros oscurecidos deseos. Las caricias ya no
eran fortuitas. Yo recorría tu piel como seda y tú te adueñabas de mi boca que ya
no era virgen.

Recuerdo como nos costó disimular el miedo la primera vez para acceder al lecho. 
Yo estaba ante ti sin poder avanzar, ni tan siquiera retroceder. Tu solo me
mirabas, parecías custodiar mis deseos, estoy segura que las imágenes de ella
deambulaban tu pensamiento y eso te atormentaba. Pero a mi ya nada me
importaba. Solo quería vivir el momento sin escuchar las voces de fuego que me
recordaban que eras camino recorrido, que tenías un presente, que contigo solo
llegaría al punto exacto de la nada.

Estaba lloviendo aquella tarde de invierno, ¿recuerdas?....mis manos frías te
necesitaban. Las cintas de lluvia resbalaban por la amplia ventana de mi habitación.
Se escuchaba un sonido derruido que me repetía que yo era el fruto de tu engaño.
Pero mis pasos tardíos me habían llevado hacia ti y, había dado un trágico y hasta
sagrado adiós a mi pasado.

Y te ofrecí mi alma, mi vida, el presente. Enterré mis espacios muertos y quedé  
suspendida en una nube, saturada de deseos, me aferré a ti...y me recuerdo ante 
tmirada incrédula cuando te dije;

--¡Mi cielo!, hoy quiero entregarme toda...sedúceme sin sobresaltos...pace mi soledad, esconde 
 tus miedos con los míos, pero déjame horizontal...contémplame con intransigencia,como un amante
furtivo. Esta noche hazme el amor,descubre mi cuerpo,inaugúrame, bésame, deséame, hazme sentir
mujer, y luego...y luego ¡tápame! --

Recuerdo ahora cuando te escribo. Lo recuerdo todo, claramente. Ese día aceptaste
el reto de unirnos cada noche muy despacio, de besarnos lentamente sellando
nuestros agravios, porque te amaba tanto, que solo quería suavemente modelarte
con mis manos, entregarme a ti en virginal deseo y esperar pausada la voz de tu
lujuria cuando manifestabas que me amabas. Solo quería unir nuestros mundos
divergentes. Apartar para siempre la soledad de mi vida. Y amarte. ¡Amarte!.

¡Cielo!...esta noche te necesito y te extraño y aunque estoy sola, no lo estoy. Te
apreté tantas veces contra mi pecho que quedaste grabado en mi y, aunque mis
mejillas estén humedecidas en llanto, te siento a mi lado. El roce de tu pasión
permanece intacto. El placer de tu cuerpo está en cada espacio del mío. Y aunque
extienda mis manos y se hielen mis dedos ante tu ausencia, se que aún estoy en
tus sueños.

Esta noche no recordaré tú adiós. Solo tu cansancio cuando llegabas a casa. Mi
lecho es testigo de tu ausencia, aunque permanezca tu olor en las sabanas blancas
y la promesa que te hiciera de nunca volver a hacer el amor sin tu presencia. Esta
noche, como cada noche desde tu partida, quiero que sepas que te sigo amando,
¡qué te sigo adorando!...y aunque me acueste vacía, escucharé tus silencios en la
vigilia de mi sueño. Tú...solo pace mi soledad. Si alguna vez me amaste,¡perdona mi
locura!. Sé muy feliz con ella...y en tus recuerdos...en tus sueños, ¡por favor!...si
alguna vez me quisiste...

                                                   ¡tápame!, ¡tápame!...

C.R.N.(2012)
Derechos Reservados
ESPAÑA

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